os oídos no tienen párpados, no podemos cerrarlos. Ni en el más profundo sueño admiten censura. No controlamos la llegada del sonido, no podemos evitar que nos sorprenda, ni que nos invada. La única esperanza es producirlo,reproducirlo. Convencernos de que le damos una forma a nuestro propio antojo. Lo interceptamos, […]