Eduardo Galeano
«El periodismo escrito también es literatura y es tan digno de respeto como cualquier otra forma de expresión literaria.»
El lenguaje/1″Las empresas multinacionales se llaman así porque operan en muchos países a la vez, pero pertenecen a los pocos países que monopolizan la riqueza, el poder político, militar y cultural, el conocimiento y la alta tecnología. Las diez mayores multinacionales suman actualmente un ingreso mayor que el de cien países juntos. Países en desarrollo es el nombre con que los expertos designan a los países arrollados por el desarrollo ajeno. Según las Naciones Unidas, los países en desarrollo envían a los países desarrollados, a través de las desiguales relaciones comerciales y financiera, diez veces más dinero que el dinero que reciben por la ayuda externa. Ayuda externa se llama al impuestito que el vicio paga a la virtud en las relaciones internacionales. La ayuda externa se distribuye de tal manera que, por regla general, confirma la injusticia, y rara vez la contradice. El África negra padecía, en 1995, el 75 por ciento de los casos de sida en el mundo, pero recibía el tres por ciento de los fondos distribuidos por los organismos internacionales para la prevención de esa peste».
En la época victoriana, no se podían mencionar los pantalones en presencia de una señorita. Hoy, por hoy, no queda bien decir ciertas cosas en presencia de la opinión pública: El capitalismo luce el nombre artístico de economía de mercado, el imperialismo se llama globalización. Las víctimas del imperialismo se llaman países en vías de desarrollo, es como llamar niños a los enanos. El oportunismo se llama pragmatismo, la traición se llama realismo. Los pobres se llaman carentes, o carenciados, o personas de escasos recursos. La expulsión de los niños pobres del sistema educativo se conoce bajo el nombre de deserción escolar. El derecho del patrón a despedir al obrero sin indemnización ni explicación se llama flexibilización del mercado laboral. El lenguaje oficial reconoce a los derechos de las mujeres, entre los derechos de las minorías, como si la mitad masculina de la humanidad fuera la mayoría. En lugar de dictadura militar, se dice proceso. Las torturas se llaman apremios ilegales, o también presiones físicas y psicológicas. Cuando los ladrones son de buena familia, no son ladrones, sino cleptómanos. El saqueo de los fondos públicos por los políticos corruptos responde al nombre de enriquecimiento ilícito. Se llaman accidentes los crímenes que cometen los automóvilistas. Para decir ciegos, se dice no videntes, un negro es un hombre de color. Donde dice larga y penosa enfermedad, debe leerse cáncer o SIDA. Repentina dolencia significa infarto, nunca se dice muerte, sino desaparición física. Tampoco son muertos los seres humanos aniquilados en las operaciones militares. Los muertos en batalla son bajas, y los civiles que la ligan sin comerla ni beberla, son daños colaterales. En 1995, cuando las explosiones nucleares de Francia en el Pacífico sur, el embajador francés en Nueva Zelanda declaró: «No me gusta esa palabra bomba. No son bombas, Son artefactos que explotan». Se llaman Convivir algunas de las bandas que asesinan gente en Colombia, a la sombra de la protección militar. Dignidad era el nombre de uno de los campos de concentración de la dictadura chilena y Libertad la mayor cárcel de la dictadura uruguaya. Se llama Paz y Justicia el grupo paramilitar que, en 1997, acribilló por la espalda a cuarenta y cinco campesinos, casi todos mujeres y niños, mientras rezaban en una iglesia del pueblo de Acteal, en Chiapas.